viernes, 20 de diciembre de 2013

Detalles en el tiempo...


Aún no sabía porqué lo había hecho, pero no le había gustado que le hubiera despertado así de buenas a primeras. Acababa de romperse toda su tranquilidad. Así, sin aviso previo. Sin nada que en los días previos le hubiese indicado que estaba próximo un nuevo trabajo. Además en los últimos tiempos tan solo le había llamado en un puñado de contadas ocasiones y para trabajos casi rutinarios, de esos que no dejan apenas huella en quienes lo reciben y caen pronto en el olvido.
A decir verdad, se sentía algo molesto con todo aquel tiempo dejado en el olvido. ¿Acaso no recordaría él tantas y tantas veces en que al entregarle el fruto de su trabajo había conseguido elevarle el pulso casi al infinito? ¿Y los miedos y nervios que juntos habían pasado a veces en los momentos previos? ¿Y el regusto siempre bello de las cosas bien hechas? Había hecho trabajos inolvidables. ¿Es que acaso él ya no se acordaba de ellos?
Sin embargo, hoy parecía todo distinto. Notó que él estaba impaciente. Jamás lo había notado tan excitado y enseguida comprendió que estaba llamado a formar parte de algo extraordinario, único, irrepetible. Y por ello, cuando sintió que él inclinaba la cara subió rápidamente desde el corazón a su boca para, abrazándose con mimo a los labios de ella, ser el más inolvidable y tierno beso que habría de quedar grabado en sus memorias. Y cuando ellos se separaron, sonrió de felicidad por el trabajo bien hecho. Y esa felicidad quedó reflejada en la sonrisa cómplice de aquella pareja que, en silencio, habían detenido el tiempo....en un beso.

Icarina

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